Cuando la prensa se pasa al lado oscuro, digo rosa

Cuando la prensa se pasa al lado oscuro, digo rosa

En el imaginario colectivo de los espectadores existen grabadas determinadas pautas intocables y fácilmente identificables como por ejemplo, que los programas emitidos por la tarde son y deben ser de crónica rosa y entretenimiento. Así mismo, hay valores asociados a las diferentes cadenas: Televisión española, espacio público; Telecinco, cotilleo; Antena 3, concursos; Cuatro, series y La Sexta, política. Igualmente ocurre con los programas. Muchos productos son famosos por haber conseguido crear su propia marca. Por ejemplo, “Salvados” con Jordi Évole es considerado un buen programa de reportajes y entrevistas; “En la tuya o en la mía”, con Bertín Osborne, ha supuesto una sorpresa congregando a millones de televidentes cada semana que lo han recibido como un producto cercano, y el concurso “Tu cara me suena” ha batido records por percibirse como un espacio de entretenimiento blanco.

En el lado opuesto conviven otros programas que, si bien han sabido igualmente crear su propio estilo, despiertan pasiones y odios a partes iguales. Dos buenos ejemplos son el extinto “Aquí hay tomate” y el incombustible “Sálvame”, de sobra conocidos por una población de espectadores que no siempre reconoce seguirlos.

Sin embargo, estos  programas comenzaron con un cometido y unas expectativas que diferían bastante del rumbo que finalmente acabaron adoptando hasta abrazar el lado rosa de la prensa.

Aquí hay tomate

El 24 de marzo de 2003 unos recatados y aún inocentes Jorge Javier Vázquez y Carmen Alcayde daban la bienvenida al nuevo espacio creado para inaugurar la sobremesa de Telecinco en una época en la que la parrilla de las tardes todavía estaba lejana a los espacios del corazón. Sin ir más lejos, “el tomate” –título con el que se le acabó conociendo más tarde– era la antesala de la serie “Embrujadas”, que se reponía en horario vespertino por aquel entonces. El recién creado espacio se centraba en asuntos cotidianos relativos a ciudadanos que llamaban al programa para denunciar problemas con vecinos, injusticias sociales, riñas en comunidades, etc. De ahí el nombre de “Aquí hay tomate”. Sin embargo, tras la emisión de unos primeros programas, los reporteros del tomate pronto dejaron de atender a gente anónima para perseguir a los famosos del mundo del corazón y del faranduleo patrio. Era como un “Caiga quien caiga”(CQC) pero de “marujeo”: el tono incisivo de los reportajes, la forma tan particular de locutar las noticias –con su mítico “uy,uy,uy,uy,uy”– y la censura de imágenes a partir de tomates y zanahorias popularizó el programa aupándolo como uno de los referentes de la cadena en sus seis años de emisión. A pesar de su éxito, las presiones y denuncias por parte de los famosos que fueron perseguidos consiguieron que finalmente la redacción del tomate cerrara sus puertas el 1 de febrero de 2008 (al igual que CQC con las presiones de Moncloa).

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Carmen Alcaide y Jorge Javier Vázquez, presentadores de “Aquí hay tomate”. Fuente: www.20minutos.es

Sálvame

Apenas un año tardó Jorge Javier en volver a la parrilla de Telecinco. Esta vez en horario de “late night” y en lo que parecía un proyecto de corta vida. Quién le iba a decir que este nuevo programa sería el que le colocaría, como él mismo dijo una vez, en el olimpo de presentadores de Telecinco. Pero al igual que su proyecto anterior, la misión con la que fue creado no tenía nada que ver con lo que es actualmente “Sálvame”. La noche del 27 de abril de 2009, Jesús Vázquez despedía la primera gala de “Supervivientes” presentando ante la audiencia el nacimiento de un spin-off pensado para comentar el reality de famosos en la isla. Ni él ni nadie se olía que ese humilde proyecto se convertiría en el fenómeno televisivo de la década. Y es que tras los buenos resultados cosechados por las noches, y ante el inminente final del programa de supervivencia, Telecinco apostó por cambiarlo a la franja de tarde para comentar otros dos nuevos realities que comenzaban en aquel momento: “Operación Triunfo” y “Gran Hermano”.

Hasta aquí todo perfecto. La diversión pivotaba en torno a los concursantes de los realities de la cadena de Fuencarral y los contenidos eran suministrados por sus vivencias. Pero todo eso cambió paulatinamente a medida que los contenidos se fueron alejando de los participantes de la casa de Guadalix para centrarse en una de las colaboradoras del programa: Belén Esteban. El proceso comenzó tímidamente: con la llegada a los quioscos de nuevas polémicas relativas a sus problemas con Jesulín de Ubrique, la de San Blas –reconvertida en diva televisiva– tenía que hacer declaraciones al inicio de cada programa sobre estos temas personales, ya que era noticia. Poco a poco, el contenido rosa fue comiendo espacio en la escaleta a los realities hasta que la metamorfosis se completó, estableciéndose así el fundamento y tal vez la clave del éxito del programa: los protagonistas de las noticias son los propios colaboradores.

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Parte del equipo de Sálvame. Fuente: www.libertaddigital.com

El método Gonzo

Dejando a un lado a Telecinco, Antena 3 también ha coqueteado con el lado rosa de la prensa. La promoción de “El método Gonzo” incluía  a su conductor, Fernando Fernández Gonzo, el cual daba nombre al programa, prometiendo un espacio donde las personas pudieran acudir a denunciar las injusticias sociales. Se podía decir que se ofrecía como un servicio público en el que se pudieran debatir y tocar temas importantes para la ciudadanía. Sin embargo todas esas buenas intenciones no pasaron más allá del anuncio promocional. La cadena insistía en que era imprescindible contar con contenido de crónica social en un magazine de tarde, algo que el propio Gonzo había negociado en contra como condición a presentar el programa. Incluso le llegaron a poner de colaborador a un muchacho que aparecía vestido de mujer –parodiando la serie que precedía al programa, “La Lola”– y que era el encargado de contarle a modo de cotilleos la actualidad rosa. A lo que el propio Gonzo se revolvía y le decía “no me interesa”, en pleno directo. No era de extrañar que el periodista abandonara rápidamente el espacio, principalmente porque no se cumplieron las cláusulas que él había pedido en cuanto a línea editorial se refiere. El programa pasó a llamarse “El método por dos”, pasando a estar conducido por Ana Belén Burgos y Silvia Salgado.

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El equipo completo de “El método Gonzo”. Fuente:www.dentrotele.com

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